En todo el mundo la policía ha recurrido a médiums espirituales y espiritistas cuando se han encontrado con casos especialmente difíciles. Ocurre varias veces al año y, sin embargo, no hay ni un solo ejemplo documentado de que un médium haya contribuido a resolver ningún caso. Una chica es asesinada en un centro para jóvenes de conducta autodestructiva. La sospechosa es una chica de su misma edad que se ha dado a la fuga. La policía está convencida de que la fugada es la culpable. Joona Lina se resiste ante la versión oficial e inicia una investigación por su cuenta. La persecución es cada vez más intensa. Cada decisión abre nuevas vías.